El emplazamiento: una nueva oportunidad para Lateorro
CAMALEÓN es la propuesta para dotar de una nueva identidad física y cultural al barrio de Lateorro en Laudio. El diseño del nuevo teatro, que forma parte a la vez de la cadena de valores culturales recogidos en el Plan Vasco de la Cultura de 2004, y su materialización a través de un plan estratégico Municipal, tiene un doble objetivo: por un lado el de convertirse en una infraestructura destinada a la exhibición y consumo de contenidos culturales, tanto propios como externos. El segundo objetivo busca la mejora y dinamización de la zona, históricamente marginada del centro debido al aumento del tránsito de los vecinos a este lugar, cosiendo así la brecha provocada por las vías del tren.
Creación e identidad. Para lograr estos objetivos, el proyecto busca dar respuesta a dos condiciones necesarias: la primera de ellas, la de la ubicación del nuevo teatro en un lugar privilegiado, caracterizado por su topografía, su condición de atalaya respecto al municipio y el tejido residencial y de espacio público que le rodea; la segunda, la respuesta al programa de necesidades por medio de los recursos arquitectónicos de la flexibilidad y la polivalencia.
Con el objetivo de hacer ciudad, el edificio se inserta en la trama urbana a partir de una lectura precisa de la red de los espacios públicos existentes, con los que pretende establecer una continuidad y sumarse. Para ello, y teniendo en cuenta la 37 modificación del Plan General de Ordenación Urbana, que establece que la cubierta del edificio que se construya en esta parcela se constituirá como una servidumbre para el uso público de estancia y tránsito peatonales, se toma como referencia la cota del bulevar paralelo a la Avenida Villosa Hiribidea (+6.10), que se extiende hacia la parcela estableciendo un espacio público que articula y conecta el desnivel entre el bulevar y el proyecto de urbanización realizado recientemente.
Frente a la construcción de un edificio sobre rasante que se imponga en el paisaje y altere la relación con los edificios de viviendas colindantes, interfiriendo en las condiciones actuales de soleamiento, ventilación y visión desde el interior de las mismas, el nuevo teatro ultrapasa el valor de la mera edificación para convertirse en un fragmento del tejido urbano. En otras palabras, el proyecto busca ser un elemento de conexión urbano que articula el espacio de la ciudad que discurre entre las edificaciones existentes y el propio equipamiento.
El resultado de esta operación es una edificación de bajo impacto visual integrada en el espacio público que invierte el orden arquitectónico tradicional provocando que el nuevo teatro se desarrolle de arriba a abajo.
El programa de necesidades
La planta de acceso
El acceso público se produce desde la calle Altzarrate en su cota más baja (+0.30), a través de la plaza recientemente urbanizada, que se conserva e integra en el nuevo teatro.
Una marquesina que tiene en cuenta los días lluviosos de Laudio recibe al visitante a un interior que está organizado en tres cuerpos; desde el exterior del solar hacia el interior- desde la mayor cantidad de luz a la menor- coinciden con el programa de servicios, las comunicaciones verticales y horizontales y el teatro.
En el primer cuerpo, vinculado a la calle Altzarrate, se encuentra un vestíbulo donde se organiza la taquilla (accesible también desde el exterior), el guardarropa, una pequeña oficina, los lavabos públicos y el acceso al anfiteatro, con capacidad para 150 localidades sentadas organizadas en forma de U.
La disposición del bar-cafetería al fondo de la primera planta, junto a un patio orientado hacia Laudio y accesible desde la calle a través de unas escaleras, facilita su uso cuando el teatro está cerrado.
La mezanina
Desde el vestíbulo superior se inicia el recorrido descendente, bien a través de unas escaleras suspendidas de la cubierta e iluminadas por un lucernario, que articulan el vacío entre el programa de servicios y el teatro, o del ascensor de gran capacidad. Estos elementos discurren verticalmente a través de los diversos elementos del programa, como por ejemplo un espacio intermedio situado a la cota -2.95 lo suficientemente flexible como para acoger exposiciones, cócteles, coloquios o presentaciones de distinto carácter.
Todo este descenso se realiza ante la presencia de una gran ventana colocada en una de las paredes laterales de la Sala y visible desde prácticamente la totalidad de lugares del teatro, lo que permite establecer una conexión visual entre lo que sucede dentro de la Sala y el resto del edificio.
La planta del teatro
La cota -6.80, además de contener los aseos, un pequeño bar y el cuarto de instalaciones, un pequeño office y los vestuarios para los trabajadores, acoge el vestíbulo inferior y el acceso al patio de butacas del teatro. La Sala cuenta con una caja escénica de 19 metros de ancho por 12 metros de fondo, con una chácena de 7 metros por 3.5 metros y una boca de 12 metros de ancho x 7 de alto sin aforar, tal y como se pide en el programa de necesidades.
La Sala cuenta con una boca de 12 metros de ancho x 7 de alto sin aforar, y una caja escénica de 19 metros de ancho x 15.5 de fondo y 11.2 metros de alto. Esta caja incluye un escenario de 12 metros por 10 metros, unos hombros de 3.5 metros de ancho, y una chácena de 7 metros de ancho por 5.5 metros de fondo. En esta caja escénica queda incluido el espacio para un montacargas de 6 metros x 3.5 metros y una escalera que da acceso a los pasillos técnicos que además funciona como salida de emergencia.
Se ha creído conveniente incrementar el ancho de la caja escénica para un óptimo funcionamiento del espacio, ya que esta ampliación facilita el movimiento de los actores entre actos, así como el ocultamiento de decorados lateralmente.
La caja escénica tiene acceso directo al cuarto de instalaciones escénicas, a los camerinos individuales y colectivos y al taller-almacén. Cuenta con un peine equipado con 15 motores HCWA modelo Junior que garantizan una óptima versatilidad en los movimientos verticales de la maquinaria del teatro.
La sala
Teniendo en cuenta el estado de la cuestión de la práctica contemporánea, donde se busca, por encima de todo, la concepción de un espacio dúctil, elástico, maleable, mutable, capaz de cambiar la piel como un camaleón, la Sala se configura como un espacio flexible, adaptable y polivalente gracias a un sistema de gradas retráctiles que facilitan su transformación. Con un patio de butacas capaz de albergar hasta 350 localidades de personas sentadas, esta Sala permite transformaciones que dejan oír no solo la voz y el texto clásicos, sino también las vibraciones luminosas y acústicas, danzas, giros, juegos y gravitaciones sin las que el espacio escénico no se entiende en el mundo de hoy.
De esta manera, la Sala del nuevo teatro es capaz de adoptar distintas configuraciones en función de lo que se represente en cada momento; desde espectáculos más tradicionales como una obra de teatro, un cine o un concierto de música clásica, hasta espectáculos más alternativos como un concierto, perfomances o teatro experimental.
La disposición en dos plantas del aforo de la sala permite la utilización del patio de butacas en días de menor afluencia, minimizando así el impacto para el público y los artistas ante una posible baja afluencia de espectadores.
El espacio se completa con las instalaciones escénicas habituales de acuerdo con sus dimensiones, tal y como se refleja en el programa de necesidades y en el presupuesto. Sobre el patio de butacas se proyecta un puente de iluminación frontal con comunicación directa con la caja escénica.
En el lado opuesto al escenario, y conectados a través de una pasarela en el nivel de acceso, se disponen, además de un almacén, las cabinas de control, abiertas y cerradas, preparadas para equipar las instalaciones necesarias para la producción de espectáculos teatrales, musicales, proyección de cine y traducción simultánea.
Por último, cercano al escenario se disponen los camerinos distribuidos en dos niveles, y el muelle que facilita la carga y descarga de material con acceso directo y exclusivo desde la calle Altzarrate.
La estructura
Toda esta organización y concatenación espacial descendente, junto con la necesaria flexibilidad y polivalencia, está determinada por un orden urbano cuyo nivel de referencia y soporte es el de la cubierta, que es decisiva en las implicaciones constructivas y estructurales del edificio.
De esta manera, la organización estructural del edificio, de planta sensiblemente rectangular (30 metros x 42 metros) se resuelve, en el caso de la Sala, mediante un sistema de pilares metálicos que sujetan unas vigas de gran canto de hormigón postesado salvando una luz de 18 metros. En el caso del cuerpo principal (programa de necesidades + sistemas de circulación), el sistema constructivo es el mismo, siendo la viga de hormigón de menor canto debido a que la luz a salvar es inferior (11 metros). En ambos casos estas vigas cubren la edificación con un orden homogéneo, geométrico y reglado aprovechando su dimensión y accesibilidad para albergar los espacios mecánicos y de climatización donde hace falta. Sobre estas vigas apoya una losa de hormigón in situ que facilita la resolución constructiva de determinados elementos como el patio, el lucernario y el voladizo del acceso.
La plaza pública
El último estrato del edificio, que apoya sobre todo lo anteriormente descrito, es un espacio público; una plaza que conecta a través de una grada con el espacio urbanizado donde se puede llevar el teatro al exterior cuando las condiciones meteorológicas lo permitan.
En la cota superior (+6.10) se plantea por un lado una plaza dura vinculada a los soportales de los edificios existentes donde desarrollar acciones dinámicas como jugar a la pelota o correr, y una parte más blanda, de estancia, vinculada a la calle Altzarrate, donde disfrutar las vistas de Laudio.
Este espacio público culmina con la disposición de un elemento vertical, transparente y ligeramente girado hacia el pueblo que tiene una triple función: señalizar la ubicación del nuevo teatro, contener los aparatos de climatización y refrigeración del edificio y hacer visible a través de su fachada la programación del mismo.
Conceptualmente, este elemento esbelto mira y es mirado a través de una fachada cambiante; una construcción dinámica que a través de un sistema de leds dispuestos sobre una cota de malla cambia los escenarios por donde la vida discurre. Un dispositivo que no sólo pretende dar visibilidad al teatro, sino también vincular a las personas del municipio a él; un elemento que haga de faro escénico y vuelva a unir, al menos visualmente, el barrio de Lateorro con el centro urbano, minimizando así la cicatriz que las vías del tren provocan dividiendo el municipio en dos. Un ascensor situado en la planta baja conecta, a través de la torre, la plaza de abajo con el espacio público de arriba permitiendo la accesibilidad universal.
En definitiva, el nuevo teatro pretende actuar como un CAMALEÓN, una edificación versátil, múltiple y mutable como un espacio escénico contemporáneo; una construcción que se adapta al medio y se mimetiza con él, pero que saca la lengua para establecer signos de continuidad no sólo con su entorno más próximo, sino también con el lejano.