Un edificio como el Nuevo Centro Cívico de la Ajerquía Norte de Córdoba debería entenderse sobre un delicado equilibrio entre dos condiciones. La primera debe hacerlo Accesible y Abierto al ciudadano así como hacer amable el trabajo de los funcionarios. La segunda condición se centra en convertirlo en un Edificio Representativo, siendo éste no solo un lugar singular sino un espacio capaz de ofertar un modelo de organización que integre ambas condiciones.
El proyecto que se describe es en primer lugar una Sucesión de Espacios Públicos transitables que Complementan y Completan las dos edificaciones existentes y lo engastan al conjunto de la ciudad. Es por tanto un Tránsito Amable entre la Plaza de San Agustín y el interior del Nuevo Centro Cívico a través de los Patios.
Se trata un Espacio Interior que también es un Exterior, que es público, pero también permite la privacidad; un espacio permeable, diagonal, continuo, pautado, y oblicuo con variedad de espacios, distintas estancias y habitaciones de distintos tamaños, donde la percepción se convierte siempre en una actividad fundamentada en el cuerpo a través del espacio y el tiempo mediante la acción de ver.
Este es un proyecto de asistencia y Reactivación, de renovación de re-información destinado a frenar procesos crecientes de desgaste e inadaptación, mediante una actuación global de reestructuración y redefinición (espacial, iconográfica y urbana) a fin de propiciar nuevas relaciones entre la construcción y un entorno cambiante.
Nos apoyamos en el concepto Reciclaje Urbano, entendido como el “iniciar un nuevo ciclo cultural, físico, económico y social en una ciudad”. Re-ciclar supone aceptar que algo ha cambiado su ciclo de vida y necesita comenzar otro partiendo de una condición existente. La Historia y la Cultura de un Lugar es un dato fundamental a partir del cual se puede iniciar un nuevo ciclo. El reciclaje urbano afecta no sólo al aspecto físico de la ciudad, sino al comportamiento de sus habitantes, a una nueva actitud de sus gestores, al desarrollo de nuevas economías.
No solo pretendemos regenerar, transformar, redefinir la realidad del Nuevo Centro Cívico, tratamos de “resonar” con ella para reformarla, para reestructurarla, para Reactivarla, reconociendo, seleccionando y procesando aquellas informaciones más relevantes y significativas, pero también propiciando trayectorias capaces de transferirla a otras situaciones más complejas, por plurales, o no-univocas. Buscamos insertar en el Centro Cívico una arquitectura dinamizadora que no solo genere forma, sino sobre todo Actividad (no solo como acción meramente funcional si no como materialización activa de acciones y usos simultáneos; pero también como movimiento operativo, generador de operaciones de intercambio entre programas, formas, espacios y acontecimientos. Una arquitectura, pues capaz de favorecer espacios más inquietos por ser, precisamente, activos y activados: producidos desde una Voluntad Regeneradora, flexible, plural y relacional, catalizadora de posibles interacciones entre lugares, culturas, informaciones y comportamientos.